Barbarroja 0

jueves, junio 12, 2008 | Escrito por | Etiquetas

Barbarroja es una de las películas menos conocidas de Kurosawa. De hecho, en mi círculo de amistades nadie la ha visto. Y sin embargo es una de las mejores películas, no sólo de Kurosawa, sino de todo el cine japonés. A priori, es comprensible la pereza inicial del espectador ante esta obra: son más de tres horas de película, con algunos momentos de intenso dramatismo y rodada sin concesiones en un crudo blanco y negro. Pero, como ocurre con muchas películas de Bergman, si uno vence esa pereza, obtiene una gran recompensa.
Barbarroja, Aka-hige en japonés transcurre a mediados del siglo XIX. Es la historia de un joven médico, Yasumoto, al que su padre envía a visitar un hospital para pobres. Allí las condiciones están muy lejos de los lujos que había disfrutado durante su época de estudiante, y Yasumoto queda horrorizado ante la miseria humana que encuentra. Yasumoto se presenta al director del hospital, el Dr. Kyojo, apodado Barbarroja, y se entera de que ha sido destinado allí como interno, cuando él esperaba, gracias a las relaciones de su acomodada familia, ejercer en la Corte Imperial. Yasumoto no quiere quedarse en tan inmundo lugar, así que no pierde ocasión de provocar la furia del intimadante Barbarroja para que le despida. El personaje de Barbarroja es seco y duro, pero también sabio y bondadoso. Barbarroja cree que es la bondad lo que produce bondad, al igual que la maldad produce maldad.
El papel de Yasumoto lo interpreta un joven galán del cine japonés, Yuzo Kayama, que tuvo aquí, sin duda, su mejor papel. Mifune, el actor fetiche de Kurosawa, era demasiado mayor para el papel de Yasumoto, así que interpretó al irascible Barbarroja, en uno de sus papeles favoritos, como el mismo confesó. Barbarroja fue la última película que hicieron juntos Mifune y Kurosawa. Su relación personal tuvo grandes altibajos, como es de esperar entre dos genios de este calibre, pero en lo profesional fue una de las más fructíferas de la historia del cine, similar por ejemplo a la que tuvieron John Ford y John Wayne. Fueron dieciséis películas juntos, algunas de las cuales son clásicos absolutos de la historia del cine: Rashomon, Los siete samurais, El infierno del odio, Trono de Sangre, La fortaleza escondida... pero si tuviera que quedarme con una, elijo a Barbarroja... bueno junto a El infierno del odio, que es otra obra maestra absoluta.
Barbarroja se estrenó en Japón dividida en dos pases, debido a su larga duración. En la edición de Manga que yo he visto, hay un fundido a negro en la mitad del film que así lo indica. Para el espectador poco acostumbrado a películas largas y densas, recomiendo que se vea como en su estreno: mejor verla en dos partes que abandonar por cansancio.
Barbarroja fue un gran éxito en Japón, pero en Europa y Estados Unidos tardó bastante en ser apreciada, lo que no es de extrañar teniendo en cuenta el ritmo lento, su compleja narrativa y la larga duración. La película está construida de una manera similar a Dodes'kadén, con varias tramas hilvanadas por la historia de los dos protagonistas. Algunas de estas tramas, como la conmovedora historia de la niña rescatada de un burdel infestado de sífilis, te hacen llorar irremediablemente. Sin embargo, pese a lo que pueda parecer, Barbarroja es una película optimista. En su libro "Las películas de Akira Kurosawa", Donald Richie la compara con autores tan distintos como Dickens o Camus. "La película es al mismo tiempo compasiva y dura, porque la preocupación de Kurosawa, como la Barbarroja, es la indulgencia... La película puede soportar un extraordinario peso de sentimientos... porque nos lleva mucho más allá de los confines de nuestros infiernos diarios".
La película se beneficia mucho del legendario perfeccionismo de Kurosawa, que tanto irritaba a sus jefes la de productora Toho. Estos no entendían que se gastaran tantos millones de yenes en un decorado para luego no enseñarlo apenas. Pero como bien explica Donald Richie, "Al limitar tres cuartas partes de su película a interiores, y al usar ese magnífico decorado sólo unas pocas veces, aportó una especie de vida a la película que un sólo decorado, -por muy grandioso que fuera- no habría podido aportar. El efecto opuesto es lo que ocurre en una película como "La caída del Imperio Romano" (1964), en la que tienes la sensación de que si hay una sola toma más de ese foro tan caro, vas a gritar. El decorado de Barbarroja es muy real, en parte por lo poco que destaca". No puedo estar más de acuerdo. En La caída del Imperio Romano, por seguir con su ejemplo, uno casi siente al equipo técnico justo a un centímetro fuera de cuadro. Kurosawa tenía en cuanta estas y otras cuestiones, para muchos propias de un sicópata, pero que ayudan a que sus filmes sean de una calidad insuperable.
Para Kurosawa, como para Donald Richie, Barbarroja es la pelícúla que hay que ver:
"El Doctor Barbarroja está poseído, consumido por una rabia por hacer el bien. Hará lo posible por conseguirlo, aún cosas que considera malas... Hace algo más que dedicarse al bien; se dedica a una lucha contra el mal... Por eso la película no es sentimental, porque es ridículamente desproporcionado. Pero salir y luchar, odiar tan totalmente que el bien es el resultado: esto es algo más".


| edit post

0 Reply to "Barbarroja"

-->