“Si el enamoramiento se produce tan rápidamente es quizá porque el deseo de amar ha precedido al ser amado: porque la necesidad ha inventado la solución. La aparición del ser amado no es sino la segunda fase de una necesidad previa (aunque en gran parte inconsciente), de amar a alguien, ya que nuestra hambre de amor moldea sus rasgos y nuestro deseo cristaliza en torno a él. (Sin embargo, la zona de honradez que hay en nosotros nunca admitirá el engaño sin protestar. Siempre habrá momentos en que nos preguntemos si el ser amado existirá realmente tal como nos lo figuramos, o si no será una simple alucinación que hemos inventado para impedir el inevitable colapso producido por la falta de amor.)”
Alain De Botton.
Puede que ésta sea una de las claves que mejor explican el desamor, la infelicidad amorosa. Nos preguntamos si existe el ser amado tal como nos lo imaginamos, con el problema añadido de que podemos preguntárnoslo incluso mientras estamos enamorados. Hay ocasiones en que la pregunta surge poco tiempo después de haber conocido a la persona amada, en esa apasionada fase en la que realmente se necesita al otro, lo que aumenta el sufrimiento en ambas partes. Es un problema abstracto (por no decir absurdo), y cómo tal, no tiene solución. En realidad, esa persona que esperamos o que conocemos, no existe, es, efectivamente, una alucinación, una creación de nuestra mente. Esta creación es variable: tal persona es la ideal, pero un buen día deja de serlo sin mediar problema alguno. O, por el contrario, estamos seguro que ésa no es la persona, hasta que la perdemos: entonces, milagrosamente, esa persona empieza a parecerse milagrosamente a lo que deseamos. O mejor dicho, a lo que creemos que deseamos.
3 Reply to "Del amor (1)"
Anónimo on 10 de diciembre de 2008, 15:22
¿Del amor (2)?
puntomatic on 10 de diciembre de 2008, 16:45
Del amor 2 llegará en breve. Besos.
Daniel Tubau on 1 de febrero de 2009, 13:19
EStoy de acuerdo en eso que planteais De Bottom, Groucho y tú, y que es cierto que en ciertas ocasiones parece que, más que sorprendernos, el amor llega a nosotros porque estamos ya esperándolo de algún modo.
Tal vez sea un mecanismo biológico que se activa en ciertas situaciones, aunque no sé cuál puede ser su utilidad exacta (no me refiero aquí a la obvia de tener descendencia); quizá sea un mecanismo antidepresivo o euforizante (aunque tan peligroso como otras drogas antidepresivas que después causan depresiones mayores).
Sin embargo, creo que todo eso se aplica más al enamoramiento que al amor, a ese estado de estupidez transitorio del que hablaba Ortega.
Creo que el amor es otra cosa, o que al menos hay otro tipo de amor, que es, me parece, superior.
Pero seguiré buscando definirlo en "Del amor 2".
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