Musicofilia, como todos los libros de Oliver Sacks, está repleto de historias clínicas increíbles. Uno de los fenómenos más curiosos que tienen que ver con la música es la Epilepsia musicogénica, es decir, la epilepsia inducida por la escucha de una música concreta. A veces es un tono, un ritmo o una melodía lo que provoca el ataque al paciente.
El caso más sorprendente fue el de un eminente crítico musical del siglo XIX, Nikonov, que sufrió su primer ataque en una representación de una ópera de Meyerbeer, El Profeta. A partir de entonces se volvió más y más sensible a la música, hasta que finalmente, cualquier música, por suave que fuera, le provocaba convulsiones. (“Lo más pernicioso” -observó Critchley- era el así llamado "fondo musical" de Wagner, que le causaba una ineludible procesión de sonidos de la que no podía escapar”). Nikonov, finalmente, que tanto sabía y al que tan apasionaba la música, tuvo que renunciar a su profesión y evitar todo contacto con la música. Si por la calle oía una banda de música, se tapaba los oídos y corría hacia el portal o la calle lateral más cercanos. Adquirió un auténtica fobia, un horror a la música, y así lo describió en un panfleto titulado Miedo a la música.”He buscado ese panfleto como un loco, en balde.
1 Reply to "Miedo a la música"
Daniel Tubau on 5 de julio de 2009, 15:23
He buscado un poco el panfleto, pero supongo que es casi imposible encontrarlo a no ser en ruso. Pero al buscar he encontrado una interesante emisión de radio en la que el propio Oliver Sacks cuenta algo de su libro acompañando su explicación por diversos temas musicales. Muy interesante.
Este es el enlace:
http://www.abc.net.au/rn/intothemusic/stories/2008/2289876.htm
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